De esos espacios de paso que no nos pertenecen, de la espera
a que salga el bus, de un café antes de una entrevista, de la cola del paro…
No cualquier aburrimiento es digno de ser un espacio de
creación, preferiblemente ha de ser fuera de casa,porque aquí el aburrimiento, en terreno conocido,se disfraza de comida, de analizar las huellas de la yema
de los dedos, como si nunca las hubiésemos visto, de miles de pequeños placeres
que se comen las geniales ideas del auténtico aburrimiento.